martes, 28 de mayo de 2013

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FRANCISCO " PANCHO VILLA"

Nació en Río Grande, Durango, en 1878. Huérfano desde la adolescencia, fue leñador, agricultor y comerciante.

En 1894, él y sus hermanos llegaron a trabajar como medieros en la hacienda de la familia López Negrete, donde uno de los dueños abusó de su hermana Martína; Villa hirió a su patrón, por lo que tuvo que esconderse, cambiando su nombre original de Doroteo Arango por el de Pancho Villa. Vivió varios años como ladrón de ganado y estuvo brevemente preso en Durango.


Se lanzó a la revolución en 1910, llevando consigo un amplio conocimiento de las zonas en que por muchos años había vivido perseguido por la justicia y un profundo sentimiento de solidaridad con los desheredados, entre quienes él mismo se había contado.

Retomó las armas en 1912 para combatir la rebelión orozquista. Sobresalió en varios combates y fue ascendido a general brigadier por Huerta, quien luego lo acusó de insubordinación y ordenó su fusilamiento. Madero le condonó la pena por cárcel. Villa escapó de la cárcel militar de Santiago Tlatelolco a fines de ese mismo año. Se integró a la lucha contra Huerta.

En septiembre de 1913 quedó constituida en Ciudad Juárez la División del Norte, con la que creció su prestigio. Fue llamado el Centauro del Norte.


Con la firma del Pacto de Xochimilco, el 4 de diciembre de 1914, se estableció una alianza entre la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur, dirigido por Emiliano Zapata, quien logró que el caudillo norteño se adhiere al Plan de Ayala.
Francisco Villa tenía ideas muy precisas sobre la forma en que se podía hacer el reparto agrario.


Villa y Zapata. Centro de la Imagen.



Durante los años de 1914 y 1915, a través del periódico Vida Nueva, se expusieron una gran cantidad de propuestas por parte de los que se podrían definir como "ideólogos" del villismo, gente muy preparada y muy comprometida con la revolución, como Carlos Sánchez Aldana, José del Riego, Manuel Bonilla, B. Mallén y otros.

Villa, al igual que era un hombre que no teorizaba sus ideas y objetivos revolucionarios, pero a lo largo de su participación en la lucha revolucionaria fue construyendo un proyecto que se sustentaba en sus ideas y acciones: "... Cuando México sea una nueva República, el ejército será disuelto, pues ya no lo necesitaremos. Daremos trabajo a los soldados y estableceremos en todo el país colonias agrícolas con los veteranos de la revolución. El Estado les dará tierras y creará muchas empresas industriales para que tengan dónde trabajar..."

Villa tenía claro que una parte de los campesinos debía permanecer al pie de las parcelas y de las antiguas haciendas, produciendo el grano necesario para el abasto de la población y del mismo ejército revolucionario. En cuanto a los soldados que andaban en la revolución, gozarían de todas las ventajas y de las mejores tierras, pero eso hasta que la revolución llegara a su fin y se consolidara un poder.

La Ley Agraria villista del 6 de mayo de 1915 exponía: "La gran desigualdad en la distribución ha provocado que una gran mayoría de mexicanos dependan, como jornaleros, de una minoría de terratenientes. La concentración de unos cuantos terratenientes provoca que permanezcan sin cultivarse y sin producir grandes extensiones de tierra, o bien, que en la mayoría de los casos el cultivo sea tan deficiente que la producción no alcance para resolver el abastecimiento de todos los mexicanos". Por eso la creación de la pequeña propiedad, busca obtener una abundante producción para que se cubra el consumo nacional y se impida la exageración en los precios de los alimentos y del costo de la vida.

"Los ideales de la revolución del sur y del centro de la República siempre han sido, son y seguirán siendo de 'Tierra y Libertad', que son las esperanzas y anhelos del pueblo mexicano". En el plano militar, fue derrotado por Obregón sucesivamente en Celaya, León y Trinidad y obligado a replegarse hacia el norte del país, donde combatió a lo largo de 1915 y 1916. Luego de fracasar en un intento de tomar Agua Prieta, Villa se vio convertido en un guerrillero que operaba sólo en Chihuahua luego de la disolución de la División del Norte.

En represalia por el bloqueo del gobierno de Estados Unidos de América, atacó la población de Columbus, Nuevo México, el 9 de marzo de 1916. Washington envió la llamada expedición punitiva, que permaneció en México del 15 de marzo al 21 de junio de 1916, sin lograr atrapar a Villa, quien estuvo inactivo desde entonces y se amnistió mediante la firma de los Convenios de Sabinas. De acuerdo con éstos, permaneció con 50 guardias en la hacienda de Canutillo; hizo varias mejoras en ese lugar, que administraba y gobernaba. A finales de 1922 expresó sus simpatías por el precandidato Adolfo de la Huerta, quien estaba en competencia por el cargo con Plutarco Elías Calles.

El 20 de junio de 1923 Villa y tres acompañantes fueron asesinados en una emboscada, en Hidalgo del Parral.



lunes, 20 de mayo de 2013

LITERATURA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

BREVE HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA...



La novela de la Revolución Mexicana...

 

Por novela de la revolución mexicana se entiende un conjunto de obras narrativas de una extensión mayor que el simple cuento largo; inspiradas en las acciones militares y populares, así como en los cambios políticos y sociales que trajeron consigo los diversos movimientos revolucionarios. Estos movimientos se iniciaron en México con la rebelión maderista el 20 de noviembre de 1910 y terminaron con la muerte de Venustiano Carranza el 21 de mayo de 1920.

La influencia de la revolución en las obras narrativas.



Los cambios tan radicales que introducen todos estos movimientos en la vida mexicana crean una realidad nueva e insospechada que se impone como tema de composición al momento de escribir una historia.
Las obras narrativas que han sido inspiradas por la revolución mexicana forman una importante serie que, por la presentación viva de una realidad intensa y por la novedad de su técnica, es una de las más valiosas manifestaciones de la literatura moderna de la lengua española.



"Los de Abajo" de Mariano Azuela

La novela se sitúa en el contexto histórico de la revolución mexicana que sacudió ese país entre 1910 y 1920 a partir de una serie de levantamientos por tomar el poder para trasformar el  sistema político y social  creados por el dictador Porfirio Diaz.



Mariano Azuela médico castrense de las tropas de Julián Medina; nos mostrará en esta novela, una visión objetiva, cuidadosa, fría, a veces pesimista, de la vida en campaña de los grupos rebeldes.
Este autor se nutre de lo vivido en las campañas a través de distintas visiones y experiencias, contadas como escenas propias de un libro de viaje. Azuela narra lo vivido.
Este libro fue escrito 1916. Utiliza un lenguaje del tipo colonial debido al tiempo y contexto en el que se desarrolla la historia. Expresa el habla de manera común y corriente.
En esta narración nos intenta explicar el tipo de personas que se alzaban, y el porqué de ese alzamiento. Era el campesino, el oprimido, el que se levantaba en contra de los poderosos. Intenta ser una reproducción fiel de la realidad.
Es válido comparar los diversos episodios de "Los de Abajo" como una serie de fotografías instantáneas.
Esta narración toca los siguientes temas: el papel de la mujer, la brutalidad de los revolucionarios, los saqueos y las violaciones.
Azuela nos deja ver su visión crítica y pesimista de la revolución mexicana.

Principales características:


Entre las principales características de la novela de la revolución mexicana podemos encontrar la brutalidad, el heroísmo, la simulación, la mentira, la desconfianza, el machismo y la traición como fieles reflejos de la realidad.

Tiene un carácter épico donde el pueblo es el protagonista. Implica un proceso de autoconocimiento en donde la finalidad es tomar conciencia del significado de la revolución.




Escritores y novelas...

La generación creadora, Mariano Azuela y Los de abajo
Incluye a los nacidos entre 1873 y 1890. Pasaron su infancia durante la dictadura pacífica y próspera de Porfirio Díaz, se entusiasmaron con los ideales de Francisco I. Madero y aplaudieron la caída del dictador. Se desilusionaron pronto de la Revolución al observar los actos de barbarie cometidos por el pueblo. Entre ellos destaca Azuela, quien escribió, durante varias décadas, novelas de la Revolución.

    Mariano Azuela, Los de abajoTribulaciones de una familia decenteLa luciérnagaEl camarada PantojaNueva burguesía, etc.

   José Vasconcelos, Ulises Criollo.


    Martín Luis Guzmán, "El águila y la serpiente", "La sombra del caudillo", "Memorias de Pancho Villa".

    José Rubén Romero, "Mi caballo, mi perro y mi rifle."



La segunda generación
Nacidos entre 1891 y 1902, eran niños o adolescentes cuando comenzó el conflicto. Sus estudios fueron interrumpidos por la guerra y se formaron en los campos de batalla. Se identifican plenamente con la Revolución por lo que no se desilusionan tanto de sus resultados. La mayoría de sus novelas se publicaron en la década de los treinta y gozaron de mucha fama.
En esta etapa, López y Fuentes pasa del relato revolucionario a analizar el problema del indio, que fue uno de los efectos del movimiento. En tanto, las obras de Mancisidor reflejan su ideología de izquierda.
  •     Francisco L. Urquizo, Tropa ViejaFui soldado de levitaMemorias de campaña.
  •     Gregorio López y Fuentes, CampamentoTierraMi generalIndio.
  •     Rafael F. Muñoz, ¡Vámonos con Pancho Villa!Si me han de matar mañana..., Se llevaron el cañón para Bachimba.
  •      José Mancisidor, La asonada, La ciudad roja.
  •     Francisco Rojas González, La negra Angustias.
  •     Nellie Campobello, Cartucho.

Tercera generación: 

Magdaleno, Revueltas y Yáñez

·         Sus integrantes nacieron entre 1904 y 1914 y antes de llegar a la adolescencia la acción armada del conflicto ya había terminado. Dice Menton que "con una técnica experimental y con un punto de vista más  intelectual y lograron colocar la Revolución mexicana dentro de su perspectiva histórica
·         Mauricio Magdaleno, El resplandor.
  •      José Revueltas, El luto humano.
  •      Agustin Yañez, Al filo del agua.


Cuarta generación: Juan Rulfo y Juan José Arreola

Incluso para Mentón esta generación, formada por Rulfo y Arreola, constituye la excepción. Ni por su estilo ni por sus temáticas son escritores de la Revolución. Ambos nacieron en 1918 en Jalisco, vivieron la guerra cristera, de 1926 a 1928, y el periodo de exaltación nacionalista de los primeros gobiernos revolucionarios.
Rulfo -ligado a la Revolución más que Arreola- retrata, en Pedro Páramo a un terrateniente astuto que sortea el conflicto sin perder sus posesiones, pero la obra se distingue por la exploración de un mundo mítico, ajeno a la realidad. En tanto, Arreola, que aborda la Revolución ligeramente en la Feria, incursiona en la literatura fantástica, inspirado por Borges y Sartre, entre otros.

La última generación: los críticos de la sociedad
La forman escritores, nacidos entre 1925 y 1935, que ya no se sienten obligados a justificar la Revolución, en cambio, señalan los abusos y las injusticias de una sociedad engendrada por el movimiento. Para otros estudiosos estos escritores ya no pertenecen a la corriente de la novela de la Revolución, sin embargo, algunas de sus obras se enfocan en temas posrevolucionarios como la protesta social o el indigenismo.
  •      Rosario Castellanos, Oficio de tinieblas.
  •     Carlos Fuentes, La muerte de Artemio CruzLa región mas transparente.
  •     Tomás Mojarro, Bramadero.
  •     Vicente Leñero, Los albañiles.
  •     Fernando del Paso, José Trigo.
Mientras que para algunos críticos de la literatura mexicana el ciclo de la novela de la Revolución se cierra con El luto humano, de Revueltas y Al filo del agua, de Yáñez, para otros, la temática se agota con La muerte de Artemio Cruz, de Fuentes. Por último, en el listado se incluyen sólo las obras de los escritores relacionadas de algún modo con el tema.